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Nicolás Roerich

CHINGIZ-KHAN


UNA CANCIÓN

       Cuando nació Chingiz-Khan, su madre ya no era la favorita del Khan y por lo tanto el niño no encontró amor en el corazón de su padre, que lo envió a un sitio lejano. Allí, cuando se convirtió en hombre, Chingiz-Khan se rodeó de Otros a quienes nadie amaba y comenzó a llevar una vida sin propósitos. Se apoderaba de armas y criadas, salía de caza y no informaba a su padre, el Khan, acerca de su vida.

       Un día, estando quizá borracho de kumiz, Chingiz-Khan hizo un pacto con sus amigos de que deberían seguirlo en todas las cosas hasta que la muerte los separara. Luego ordenó que se hiciera una flecha sibilante y dijo a sus criados que sacaran los caballos. Montaron, y es así como Chingiz-Khan comenzó su tarea.

       Cabalgó hacia las estepas y se aproximó a sus manadas de caballos. De repente, disparó su flecha sibilante y dio a su mejor y más veloz caballo. Entre los tártaros, un caballo es considerado un tesoro. Algunos de sus amigos dudaron en matar sus caballos y por ello fueron decapitados.

       Una vez más, Chingiz-Khan regresó a las estepas y otra vez disparó su flecha sibilante. Esta vez mató a una de sus mujeres. No todos estaban dispuestos a seguir su ejemplo. De modo que aquellos que tuvieron miedo inmediatamente fueron decapitados. Los amigos estaban asustados. Pero los había comprometido con un juramento de seguirlo hasta la muerte. Chingiz-Khan era verdaderamente listo.

       Entonces Chingiz-Khan cabalgó hacia las manadas de caballos de su padre. Disparó su flecha sibilante contra el caballo de su padre y todos sus amigos hicieron lo mismo. Así preparó Chingiz-Khan a sus amigos para que se esforzaran con él y así los ponía a prueba. Chingiz-Khan no era amado, sino temido. ¡Era verdaderamente listo!

       Un día, Chingiz-Khan planeó grandes cosas. Cabalgó hasta el campamento de su padre y disparó una flecha sibilante hacia el corazón de su padre. Todos los amigos de Chingiz-Khan siguieron su ejemplo. ¡El viejo Khan fue asesinado por todo el pueblo! Y Chingiz-Khan se convivirtió en el Khan de la Gran Horda. ¡Era verdadera-mente listo!

       Los khanes del Imperio Vecino no estaban contentos con Chingiz-Khan. Miraron al joven con desdén y enviaron un arrogante mensajero exigiendo todos sus mejore caballos, todas las armas engastadas con piedras preciosas y adornadas con oro, todos los tesoros del Khan. A oír esto, Chingiz-Khan se inclinó ante el mensajero.

       Luego Chingiz-Khan mandó llamar a todos sus hombres y los reunió en una asamblea. Sus consejeros discutieron a viva voz; era imposible luchar por caballos. De modo que Chingiz-Khan envió a los khanes vecinos todo lo que le exigían. ¡Era verdaderamente astuto!

       Henchidos de orgullo, los khanes del Imperio Vecino exigieron ahora que les enviaran todas las esposas de Chingiz-Khan. Los consejeros protestaron a viva voz, se apiadaron de las esposas del Khan y amenazaron con empezar una guerra. Nuevamente Chingiz-Khan echó a estos consejeros y envió todas sus esposas al Imperio Vecino. ¡Era verdaderamente astuto!

               Los khanes del Imperio Vecino no cabían en sí de orgullo. Consideraban cobardes a los hombres de Chingiz-Khan; insultaban y abusaban del pueblo de la Gran Horda, y en su orgullo retiraron los guardias de las fronteras. Los khanes se divertían con las esposas de Chingiz-Khan y montaban sus caballos mientras la ira crecía cada ves más en la Gran Horda.

       De repente, Chingiz-Khan se levantó una noche, ordenó a sus hombres que lo siguieran a caballo, atacó a los khanes del Imperio Vecino y tomó prisionero a todo el pueblo. Se apoderó de todos los tesoros, de las armas y los caballos; hizo lo mismo con todas sus esposas.

       La victoria de Chingiz-Khan fue muy alabada por sus consejeros. Y Chingiz-Khan dijo a su hijo mayor, Otakay:

       — "Aprende a poner orgullosas a las personas, y el orgullo las volverá estúpidas. ¡Entonces serás su amo!"

       Toda la Horda alabó al Khan. ¡Era verdaderamente listo Chingiz-Khan!

       Y Chingiz-Khan ordenó a la Gran Horda que mantuviera estos preceptos para siempre:

       — "Aquel que codicie a una mujer será decapitado. Aquel que blasfeme será decapitado. Aquel que tome las propiedades de otros será decapitado. Aquel que mate a un hombre pacífico será decapitado. Aquel que se venda al enemigo será decapitado."

       Así, para cada uno, Chingiz-Khan impuso un castigo.

       Pronto, el nombre de Chingiz-Khan fue honrado por todas partes. Todos los príncipes temían a Chingiz-Khan. La riqueza de la Gran Horda creció como nunca antes. Cada hombre tenía varias esposas. Sus vestimentas eran de seda, y comían y bebían maravillosamente bien. ¡Verdaderamente Chingiz-Khan era siempre listo!

       Chingiz-Khan tenía una gran visión de futuro. Ordenó a sus amigos que desgarraran la seda, que fingieran que estaban enfermos de tanto comer; que los viejos, como antes, tomen leche, que se vistan con pieles, como antes; para que la Gran Horda no se debilite. ¡Era verdaderamente listo Chingiz-Khan!

       La Gran Horda siempre estaba preparada para la batalla. Y Chingiz-Khan en ocasiones los conducía repentinamente hacia las estepas. Conquistó todas las estepas de Taourmen. Tomó posesión de todos los desiertos de Mongolia. Derrotó a toda la China y el Tíbet. Se apoderó de toda la tierra desde el Mar Rojo hasta el Caspio.

       ¡Así era Chingiz-Khan!


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